Un viaje por el corazón valiente de Charras (Guaviare-Colombia)

Por Luis Alberto Rojas Acevedo.

VISO MUTOP se internó tres días en la cotidianidad de la población del caserío de Charras (Guaviare). Su objetivo: vivenciar y articular el espesor de sus realidades –en lo territorial- al Diálogo Social para la no repetición, a llevarse a cabo el día domingo 15 de noviembre de 2020 con la Comisión de la Verdad de este departamento.

Se hizo un conversatorio vivencial de tres días en los que mucha de su gente declraró los daños sufridos por la guerra, los impactos violentos sobre su vida colectiva, los requerimientos de explicación a los responsables, y las recomendaciones para la no-repetición. Si bien” lo vivencial” enfatizó la palabra y las peticiones de verdad, éstas se realizaron en clave de animación simbólica, como estrategia para mediar entre el dolor y la esperanza.                 

Los días previos al evento del domingo fueron preparando el convite que terminaría en un exquisito almuerzo colectivo; se realizó la elaboración de un mural que motivó la reflexión en torno a si los niños tienen derecho o no a conocer su historia de conflictos; se presentó una película en el único parque, lugar que antes fue utilizado por los paramilitares para asesinar a los pobladores; y como acto de sublimación se decoró el caserío con festones coloridos que le dieron una imagen alegre –festiva- a su única calle, que normalmente, y desde el retorno campesino, refleja un color álgido y desolado.                              

El día domingo llegaron los Nukak, los campesinos del Boquerón, Charrasquera, Manglares, Horizonte, Caño Danta, Caño Negro, Guanapalo, La Esperanza, Esmeralda, Guayabales, y los mismos habitantes de Charras; igualmente nos acompañó la Misión de Verificación de la ONU para el proceso de paz, y entre todos, constituimos una enorme comunidad que participó activamente en un evento que tuvo verdad, y, por lo tanto, dolor y catarsis; y tuvo acciones lúdicas y estéticas con los niños y adultos, con lo cual mapeó el territorio, mostrando no solo una geografía de caños, ríos y sabanas, sino también un lugar de deforestación, conflicto e incertidumbre. Charras y nosotros nos despedimos con la fuerza de la duda, pero también con la empuñadura de la ilusión, esa que nos despertará cada domingo para recordarnos que siempre, siempre estamos naciendo de entre las cenizas de un volcán.