participación de todas las personas y organizaciones llamadas a defender una política de
drogas con un enfoque de derechos.
Recomendamos, al Gobierno Nacional y a los legisladores, fortalecer la pedagogía sobre el
alcance real de esta reforma constitucional, ya que es el primer paso para diseñar el marco
regulatorio, pero no la regulación en sí misma.
En relación a los detalles del texto que está actualmente en curso, queremos subrayar los
siguientes asuntos que pueden ser mejorados:
1. Debido a que se trata de una reforma constitucional, el proyecto debería eliminar
simplemente la barrera dispuesta en el artículo 49, a fin de dar seguridad jurídica
al eventual marco regulatorio. Es decir, el proyecto de acto legislativo debe
enfocarse en ciertos mínimos que guíen al Congreso y no incluir detalles como la
tributación o el licenciamiento que resultan inconvenientes para la discusión, y en
cambio, reducen exageradamente el principio de flexibilidad que debe tener el
Congreso para reglamentar el texto que finalmente se apruebe.
2. En caso que la referencia al licenciamiento persista, es necesario incluir
mecanismos en la regulación posterior al Acto Legislativo, para garantizar la
inclusión de los pequeños productores históricos, y evitar la configuración de
monopolios y la integración vertical.
3. Teniendo en cuenta que el artículo 2 del proyecto de Acto Legislativo menciona
los principios orientadores para la reglamentación, sugerimos incorporar el
enfoque reparador como un eje central de la regulación, de manera que el mercado
opere bajo criterios de equidad y justicia social para los pequeños productores,
personas privadas de la libertad por delitos relacionados con el cannabis y para
otras poblaciones afectadas por la prohibición.
4. Teniendo en cuenta el avance de la reforma constitucional, el Gobierno Nacional
debe avanzar en el alistamiento de la regulación, en los siguientes asuntos:
a. La regulación del cannabis es un asunto multisectorial, ya que todos los
elementos tienen un nivel de importancia similar. El éxito de la regulación